“La llama que tocó mi útero sin tocar mi piel”
- El Rincón Mágico de Seladriel
- 20 may
- 2 Min. de lectura
Dale clic y disfruta la melodía mientras me lees
“Mucho se habla de la sexualidad sagrada, especialmente en el camino de las llamas gemelas. En mi caso, aunque nunca tuve un contacto físico con él, sí lo viví de forma energética. Por eso, deseo compartirles mi experiencia y cómo logré llevar luz y conciencia a esa herida.”
Un testimonio para otras mujeres que también se traicionaron por amor...
Hace algunos años, me traicioné.
Lo escribo con la voz firme, pero con el corazón blando.
Me traicioné cuando amé a un hombre que me pidió mostrarle mi cuerpo, pero no mi alma. Que me pidió placer, pero no presencia. Que quiso entrar a mi templo sin descalzarse el ego.
Y yo, que soy fuego, me apagué por miedo a perderlo.
Le dije que no, al principio. Pero luego, en un impulso de vacío, cedí.
Me mostré, me entregué a través de una pantalla, buscando en sus ojos un reflejo de amor que nunca llegó y al colgar esa video llamada, me sentí rota.
Vacía.
Sucia.
Culpable.
Durante meses, mi útero lloró por mí.
Sangraba más de lo normal.
Me dolía como si mis entrañas gritaran: “Aquí no vive el amor que esperábamos.”
Entonces entendí. No era él el que me había herido…fui yo, cuando puse su deseo por encima de mi dignidad sagrada.
Fui yo quien traicionó mi templo.
Y también fui yo quien se levantó a limpiarlo.
Hice limpiezas, me hablé con honestidad.
Toqué mi útero y le pedí perdón.
Lo ungí con aceites, con flores, con lágrimas sinceras y en esa entrega nací de nuevo.
Ya no como víctima, sino como guardiana de mi fuego.
Hoy miro hacia atrás y comprendo: Ese hombre no era malo.
Solo estaba fragmentado.
Su energía sexual estaba rota, desvinculada de su alma, llena de sombras que aún no se atreve a mirar.
Su fuego no tenía dirección. Yo intenté encenderlo con mi luz, pero terminé quemándome.
A ti, hermana, que alguna vez te sentiste sucia por amar mal…
Que mostraste y entregaste tu cuerpo esperando que vieran tu alma…
Te abrazo. Te entiendo. Y te digo:
Tu templo sigue siendo sagrado.
Tu fuego no se apagó.
Tu útero recuerda… y también perdona.
Que esta historia sea para ti un espejo, no de culpa, sino de redención.
Porque todas podemos volver a casa.
Porque todas somos dignas de amor… y de nosotras mismas.

Si estas palabras resonaron con tu alma, si sentiste que algo dentro de ti se removió, te invito a suscribirte al blog para seguir caminando juntas este sendero de sanación, despertar y alquimia interior.
Además, si sientes el llamado a profundizar en tu proceso, te acompaño a través de:
🌿 Sesiones de acompañamiento terapéutico desde el alma
🔮 Lecturas de Tarot canalizadas
💫 Sanación energética y reequilibrio del campo sutil
Puedes escribirme para más información o reservar tu espacio.
Whatsaap (+507) 67432366
e-mail: melissamartez02@gmail.com
Y si deseas apoyar mi labor como creadora de contenido espiritual, puedes hacerlo con una donación amorosa a través de PayPal. Cada aporte sostiene mi camino y me permite seguir compartiendo desde el corazón.
🌹 Gracias por leerme, por sentir conmigo y por honrar tu propia luz y sombra.
Una historia conmovedora y llena de fortaleza a la vez.
Bonita redacción.