Tiempos de Transformación...

El Rincón Mágico de Seladriel
1 may
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He estado un tiempo ausente, pero se debe a que estoy siendo transformada, tal vez como muchos en este ultimo tiempo, se encuentren en la misma situación que yo, enfrentando miedos profundos, miedos que yacen en lo más oscuro del alma, miedos que nos acechan en tiempos donde creíamos, que ya teníamos todo bajo control.

La sombra ha vuelto, arremete cual tsunami en nuestros corazones y mentes, repitiendo mantras cargados de dolor, mantras con sabor a infancia, voces que evocan abandono, rechazo, traición, humillación e injusticia, mi corazón se inquieta y me pregunto ¿podré lograrlo?, ¿tengo lo necesario? y no encuentro respuesta afuera, pero es el llamado de ir hacía adentro de escucharme, afrontar el dolor que aún sigue oculto.

En estas semanas, me he enfrentado a la emoción de sentirme rechazada por el silencio de amistades muy queridas, al principio sentí enojo, permití sentirlo, porque reconocí a mi niña interior dolida, enojada, triste y asustada, era el miedo a sentir el abandono, abracé a mi niña, lloré con ella y razoné lo ocurrido, pues probablemente esta persona también estaría pasando un proceso personal; quería escribirle, pero no sabía muy bien como abordar la situación, así que guardé silencio y dediqué tiempo para mi, reconduje mi energía a mi, pero aún me dolía el silencio, al reflexionar encontré que, no es el silencio lo que duele, sino el traumático recuerdo de las veces que mi llama me dejó en visto, ese silencio lleno de frío e indiferencia, entonces lloré, sentí el dolor para poderlo sanar, me di tiempo en soledad para estar conmigo y una semana después al conversarlo con mi amigo, me comentó que estaba trabajando sus oscuridades, bien dicen: "todo perfecto, nada equivocado", el universo me hizo volver la mirada a mi sombra, para reconocerla y eso también es amor.

Luego ocurrió que, una amistad a causa de un comentario, me señaló lo intensa que soy y que debo regularme y respetar espacios, tal vez lo dijo de manera energética, sé que no lo hizo con mala intención, pero sus palabras despertaron muchas inseguridades, la emoción de no pertenezco y por ende la emoción de no merecer, me dolió mucho y me permití llorar, sentía miedo a abrirme a conectar con alguien, a ser rechazada porque soy intensa en mis emociones y expresión de cariño, pues no deseo abrumar o lastimar a nadie con mi actuar, me quedé con esa sensación y dolor la mayor parte del día, así que decidí hablar sobre mis sentimientos y dolor con una amiga, ella me dijo que sí soy intensa, así que se agudizó el dolor, a lo cual pregunté ¿eso me hace desagradable a los demás?, ella respondió que a ella no le parecía eso, sino que había falta de empatía hacía mi, tal vez que la la otra persona se pueda comunicar de mejor manera sus sentimientos respecto a mi manera de actuar "intensidad", (a lo cual ella está segura que yo entendería y me regularía) y añadió, si de verdad quieren estar en tu vida, sabrán que tu eres más que solo "ser intensa"; estas palabras me hicieron sentir tanto amor y son bálsamo para mi alma.

Esta revolución del alma no se ha limitado a las emociones y pensamientos, también al mundo de los sueños, he tenído una serie de sueños en los cuales se revelan miedos, cargados de mucha simbología, me dan pistas de los miedos más profundos que debo enfrentar, sé que la mayoría de estos temores están en la mente, por momentos siento ansiedad porque me ahoga la emoción y por momentos no sé como expresarla.

Me dije... voy a escribir, además de llorar, escribir es una de las maneras en que me dejo fluir, sentir y dar voz a mis emociones, no sé cuantos de ustedes se están enfrentando el reconocer sus emociones, a veces me pregunto, ¿por qué nos cuesta tanto sentir?, ¿Por qué expresar nuestras emociones nos cuesta tanto?, la respuesta corta es, no nos enseñaron a sentir, sino a reprimir las emociones, a no escucharlas, muchas veces cuando siento dolor, en automático mi cerebro trata de distraerse, no escuchar, porque si escucho la emoción, duele y no quiero sufrir, no quiero sentir dolor, esto es lo que la mente me dice.

Lo cierto es que, el dolor no es malo, aunque cuesta abrirse a sentirlo, asusta no tener el control, por momentos acepto que me asusta mucho no comprender lo que siento o de donde se origina, o casi que peor volver de nuevo a la herida de rechazo de sentir que no encajo, que no merezco, a causa de percibir que el trabajo realizado no sirvió de nada.

Sin embargo, vuelvo a recordar que el trabajo de sanar no es líneal y es un constante volver a los inicios, pero esto no significa que todo el trabajo realizado en estos 3 años de despertar espiritual, hayan sido en vano, sino todo lo contrario, me recuerdan mi humanidad y que estoy caminando, un paso a la vez; que mis pisadas tal vez no sean rápidas, porque no se trata de velocidad, pero mis pasos son firmes y voy abriendo camino conforme avanzo.

Con amor:

Melissa