Una carta transformada en plegaria.
En ella, una hermana reconoce sus sombras y su vuelo,
agradece el sueño que le devolvió la esperanza
y pide un reencuentro más allá del orgullo.
Es la voz del alma que, sin defensas,
solo desea volver a abrazar desde la verdad.
Valkiria, la gata guardiana de mi hogar y reflejo de mi alma, ha regresado tras días de ausencia. Este retrato místico celebra su vuelta como un símbolo poderoso de lo que en nosotras también retorna. Acompáñame en esta escena mágica donde los portales se abren y las respuestas llegan en forma felina.